Por @Ozóniko

JOCAS (Jornadas de Conversación sobre Afectividad y Sexualidad) fueron la respuesta gubernamental en medio de los años 90´s para avanzar hacia una educación sexual en contextos educativos.  El VIH/SIDA y el Embarazo Adolescente eran algunos de los problemas que querían abordarse desde esta política pública. Sin embargo los sectores más conservadores de Chile no estaban dispuestos a conversar con adolescentes sobre Condón, ITS o Diversidad Sexual en la Escuela. Esa tarea, decían, era de exclusiva responsabilidad de los padres/madres según sus propias convicciones  (religiosas o científicas; daba lo mismo). El conservadurismo ganó la batalla; con el empujón de una iglesia católica que mientras se oponía al uso del condón abusaba de niños y niñas en total impunidad. 

100 preguntas sobre Sexualidad Adolescente. El municipio de Santiago convoca, en pleno 2016, a una serie de expertos en salud y educación sexual a responder las preguntas de jóvenes de las escuelas y liceos públicos de la comuna en ámbitos de sexualidad, diversidad, anticoncepción de emergencia y placer. Los sectores más conservadores del país se organizan y demandan la prohibición del libro que compilaba las respuestas de los especialistas. Hoy en pleno 2018 miles de copias de ese libro se encuentran a merced de las polillas en alguna bodega de la región metropolitana.

En Chile hablar de educación sexual siempre ha sido un problema para la autoridad y el Estado. Los debates en torno al derecho de los padres/madres, inicio de la vida o pertinencia de las conversaciones sobre diversidad sexual con menores de edad; siempre generan un ruido que acalla el diálogo imponiendo la ignorancia. 

Hoy cientos de salubristas, políticos y autoridades se espantan por nuestras estadísticas de VIH/SIDA. Por estar en el top de un ranking mundial indeseado que muestra nuestro subdesarrollo y alta vulnerabilidad.  Pero la pregunta necesaria es ¿Cuales han sido las respuestas que hemos desarrollado como nación para enfrentar esos problemas e instalar un cultura preventiva?. Ante lo que debemos reconocer que dichas respuestas han sido siempre POCAS, INSUFICIENTES y DESARTICULADAS. 

En tiempos donde se desconoce el derecho humano de cualquier persona a migrar y atravesar fronteras para hacer su vida; el Derecho Humano a la Educación Sexual fundada en Evidencia Científica; es sólo un síntoma  más de un país que no entiende a la educación sexual como una necesidad urgente y de sentido común. 

En tiempos de disputa de los sentidos comunes; hacer Educación Sexual fundada en Evidencia Científica e inclusiva con las diversidades; no es una opción o una posibilidad que podamos descartar. No es un Lujo que nuestras escuelas pueden darse para hacer más competitivos a sus estudiantes. Es la obligación de un país en serio.

Les Activistas, Educadores y Organizaciones de la Sociedad Civil que llevan años exigiendo una política integral de educación sexual saben con certeza lo que es vivir en medio de un campo de batalla cultural. Y como toda guerra tiene sus daños colaterales;  nuestros niños, niñas, jóvenes y mujeres viviendo con VIH/SIDA son esas víctimas. Ante la oposición de los sectores conservadores a hablar de Condón y su uso correcto durante los últimos 30 años; son las personas que viven con VIH y quienes corren el peligro de morir a causa del SIDA quienes pagan los costos de un Estado que se niega a abordar la salud pública en serio. 

No es mi intención mirar el pasado y asignar culpas a diestra y siniestra como un acto egocéntrico de validación intelectual, activista o política. Es un llamado a enfrentar los problemas de hoy (que sí, empezaron hace muchos años antes) con soluciones modernas y ajustadas a los derechos humanos. El avance de la ciencia nos permite tener mayores certezas en el campo de la medicina, la educación, el desarrollo psicológico o la prevención comunitaria. Son dichos avances los que deben guiar la acción estatal en materias de educación sexual; porque con esas orientaciones la vida de nuestros niños, niñas, niñes y jóvenes podrán ser más libres, plenas e integradas.

El Estado de Chile está llegando tarde a estos problemas; pero nunca es tarde para enmendar el rumbo y buscar el bienestar de nuestras comunidades. Un estado laico, serio e inclusivo es lo que nuestra población general y grupos más vulnerables necesitan para frenar nuestras tasas de VIH/SIDA, ITS o Embarazo Adolescente. Con Participación Ciudadana, Flexibilidad Metodológica y una Mirada Libre de Prejuicios Machistas y Heteronormados vamos a construir la educación sexual que el nuevo Chile necesita.